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Las ondas de choque de baja intensidad son eficaces para el tratamiento de pacientes que padecen disfunción eréctil de origen vascular. Las Guías de la Asociación Europea de Urología del año 2015 indican que las ondas presentan un efecto muy beneficioso en enfermos con disfunción eréctil vascular.

La impotencia es la incapacidad para mantener una erección lo suficientemente firme o que dure lo bastante para que resulten satisfactorias las relaciones sexuales.

Se trata de un proceso peneano benigno caracterizado por la rotura del cuerpo del pene secundaria a la formación de placas de tejido fibroso en la túnica albugínea, afectando aproximadamente a 1% de los hombres en edades comprendidas entre los 40-60 años.

Se trata de la falta de control sobre el reflejo eyaculatorio. Afecta a entre el 25 y el 40% de los hombres. En casos muy graves, el hombre eyacula antes de la penetración o segundos después de hacerlo. La eyaculación precoz causa frecuentes problemas emocionales, tanto para el paciente como para la pareja.

La disfunción eréctil (impotencia) es la incapacidad persistente para obtener y mantener una erección suficiente para una relación sexual satisfactoria. Se considera también la dificultad de mantener la erección.

El suelo pélvico es el conjunto de músculos y membranas que conforman la parte inferior del abdomen, y que sostienen la vejiga, el aparato genital interno (vagina y útero) y el recto. En la medida que exista una debilidad o disfunción de estos músculos ocasionan una mala posición de los órganos provocando un descenso (prolapso) de los mismos, alterando la continencia urinaria y o fecal.

El Estudio Urodinámico es un procedimiento urológico que permite valorar de forma objetiva el funcionamiento del aparato urinario inferior, tanto en la fase de llenado como de vaciado vesical.

Un 1% de los hombres sometidos a resecciones transuretrales de próstata, 0,5% tras la adenomectomia prostática por hiperplasia benigna prostática presentarán algún grado de incontinencia urinaria.

Se trata de la manifestación por parte de la paciente de escape de orina. Se estima que aproximadamente el 25% de las mujeres mayores de 20 años confiesan tener pérdidas de orina. La prevalencia aumenta con la edad para situarse en 30-40% alrededor de la edad media y un 30-50% en edades más avanzadas.

Entre el 30-90% de los varones entre los 50 y 80 años sufren los síntomas relacionados con la hiperplasia benigna de próstata. Se trata de una patología benigna, pero muy molesta ya que obstruye la salida de la orina a través de la uretra ocasionando una micción dificultosa.